viernes, 9 de abril de 2010

Informes | El mapa de la salud en Argentina

Informe de epm GUSTAVO QUIROGA. Salud o ser saludable, ¿qué significa realmente? Una primera definición con la cual todos podemos acordar sería la siguiente: salud, el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades. Esta es la definición de la OMS (Organización Mundial de la Salud). En consecuencia, ser saludable no es solamente no estar enfermo, es mucho más. La salud cuenta, como prácticamente todos los aspectos de la vida, con múltiples niveles y dimensiones. Salud física, salud mental, salud social, salud familiar, salud ambiental, el mundo estructural y profesional de la salud (médicos, hospitales, empresas de medicina prepaga, obras sociales, psicólogos, la salud pública, laboratorios, etc.) en consecuencia el mundo de salud es un mundo amplio, complejo, con una multideterminación interdependiente de muchísimos factores, endógenos y exógenos (al ser humano).

Con motivo de que cada año el 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, desarrollamos un informe basado en datos de la serie 2009 de “Indicadores básicos”, una publicación periódica del Ministerio de Salud de la Nación y de laOrganización Panamericana de la Salud.

En relación al aspecto multidimensional de la salud, la OMS menciona en su página web que “los principales determinantes sociales de la salud en el contexto urbano van más allá de lo puramente sanitario e incluyen las infraestructuras, el acceso a los servicios sociales y de salud, la gobernanza local, y la distribución de los ingresos y las oportunidades en materia de educación”. Atentos a esto nos pareció atinado un indicador denominado IDH, índice de desarrollo humano, cuyos valores por provincia se muestran en la figura 1. Las mismas se encuentran agrupadas en tres categorías según el valor del índice. Este se construye como el promedio de los índices de esperanza de vida, de nivel educacional y del PBI ajustado. La zona norte de nuestro país es la que posee los niveles más bajos de IDH y las del sur junto a CABA los más altos. Con valores intermedios se encuentran las provincias del centro (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires).

Otro aspecto muy importante desde el punto de vista sanitario es la posesión o no de obra social o plan médico. Tanto así es que en el gráfico 1 puede observarse que, en la mayoría de las provincias, a mayor porcentaje de individuos sin obra social o plan médico mayor es la tasa de mortalidad.

Para realizar un análisis detallado de la tasa de mortalidad (1) agrupamos las causas de muerte en cuatro categorías: por enfermedades cardiovasculares, por tumores, por enfermedades infecciosas, por causas externas y por último, una categoría donde agrupamos todas las restantes enfermedades. Además, la tasa de mortalidad se analizó según sexo y región del país, ya que puede apreciarse una notable variación de la misma en relación a estas variables.

Independientemente de la causa de muerte la tasa de mortalidad siempre toma valores más altos entre hombres que entre mujeres. El porcentaje promedio de la diferencia entre estos valores (respecto al valor en hombres) depende de la región. Así, en la región centro estás diferencias toman el valor más alto 40%, mientras que las menores diferencias se dan en la región noreste con el 30%. En el resto de las regiones los valores son: 32% para cuyo y noroeste y 38% para la patagónica.
Sin embargo, no hay diferencia entre los sexos en relación a cuales tipos de enfermedades presentan los índices más altos de mortalidad. Las enfermedades cardiovasculares son las que presentan las tasas de mortalidad más altas. En orden descendiente le siguen las muertes debidas a tumores, a enfermedades infecciosas y por último las causadas por factores externos.

La mayor tasa de mortalidad para enfermedades cardiovasculares, tanto en hombres como en mujeres, se presenta en la región centro de nuestro país y la menor en la región noroeste. Así, debido a estas enfermedades durante el 2007 murieron 289 hombres cada 100.000 que habitan en la región centro, mientras que en la región noroeste fallecieron 247 cada 100.000 varones. En cambio, cada 100.000 mujeres que vivían en la región central de nuestro país 173 murieron por enfermedades cardiovasculares, en la región noroeste el número fue de 165 mujeres por cada 100.000.

Independientemente del sexo, las muertes debido a tumores alcanzan la tasa más alta en la Patagonia y la más baja en la región noroeste.

La tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas en hombres es más alta en la región noroeste y en la región noreste en el caso de las mujeres. Sin embargo, el valor mínimo se presenta en la región patagónica para ambos sexos.

Por su parte, sin importar el sexo, la tasa de mortalidad por causas externas alcanza en la región patagónica los valores más altos del país y los valores más bajos en la región centro.

En los hombres la tasa de mortalidad más alta por todo el resto de las enfermedades se registra en el noreste, mientras que entre las mujeres se da en la región noroeste. Con respecto al valor mínimo de este indicador el mismo se registra en cuyo y Patagonia, para hombres y mujeres, respectivamente.
Por último, digamos que la tasa de mortalidad infantil (por cada 1.000 nacidos vivos en 2007) tiene su valor más alto en el noreste con 17,9 y el más bajo en la región patagónica con 10,6. En el medio de estos valores se encuentran los correspondientes a el noroeste (14,2), centro (12,7) y cuyo (12,5).

Como si los números expuestos hasta ahora no fueran de por sí suficientemente escalofriantes, existe un indicador que es capaz de mostrarlos en forma todavía más dramática. Se trata del APVP (por cada 10.000 habitantes): años potenciales de vida perdidos, un indicador de muerte temprana. Para su cálculo se consideraron aquellas muertes en menores de 70 años, acumulándose las diferencias entre el punto medio del intervalo de clase para cada grupo etáreo de cada defunción y los 70 años. Es decir, representa el número de años potenciales de vida perdidos por cada 10.000 habitantes.

Los índices más altos de APVP se registran, para ambos sexos, en la región noreste. El valor más bajo se da en la región de cuyo en los hombres y en la Patagonia entre las mujeres. Así, por ejemplo, en la región noreste cada 10.000 habitantes varones se perdieron, durante el 2007, un total de 959 años de vida debido a muertes tempranas. Entre las mujeres, para la misma región ese número desciende a 639 años y es el más alto de todo el país. Notar que, aún en la región donde el APVP toma su valor mínimo entre los hombres (792 para cuyo) el mismo es superior al valor más grande de APVP registrado para las mujeres (639 en el noroeste).

El principal problema al que nos enfrentamos como seres humanos, es un problema básicamente perceptivo. Nos acordamos de los conceptos de la salud, precisamente cuando carecemos de la misma o peor aún nos enfrentamos a un problema mayor cuando la sintomatología no nos permite descifrar cuál es la enfermedad exacta. Este es el problema del diagnóstico y más grave aún son aquellas enfermedades llamadas “silenciosas” que son aquellas que no producen signos, síntomas identificables. En gran medida, aquella famosa frase utilizada por el mundo de la salud “la mejor medicina es la medicina preventiva” es la que explica la importancia de muchas de las campañas de comunicación publicitaria que podemos encontrar en los medios. Esta es una de las tantas maneras en que los medios masivos de comunicación y la publicidad contribuyen al bienestar de la población.


fuente:guiasenior.com

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